Como ya vimos en la entrada «Impuesto al valor añadido – IVA», o por sus siglas en inglés VAT (Value Added Tax), en la que definimos el impuesto sobre el valor añadido o impuesto sobre el valor agregado, los diferentes IVAs son tasas que fijan cada uno de los países y que gravan los producto de consumo. Este impuesto, junto con el IRPF son las principales vías de ingresos de dinero en las arcas públicas.
En la siguiente tabla, actualizada en 2015, se pueden observar el IVA en el mundo y los IVAs reducidos de los principales países de Europa (incluida la media de la UE) y del resto del mundo, cabe mencionar que algunos países como EE.UU. no cuentan con un impuesto único a nivel nacional, sino que existen IVAs o sales taxes federales, estatales y en algunos casos hasta locales.
Si nos fijamos en España, se puede ver que tras las dos subidas (2010 y 2012) que sufrimos durante la recuperación de la crisis, el país mediterráneo se equipara a la media de la Eurozona. La subida del IVA del 16% al 18%, generó unos ingresos extras al Estado de 6.500 millones de euros y la subida del 18% al 21% aumentó la recaudación en 8.000 millones de euros.
En el caso de América Latina, nos encontramos con tipos, en general, más reducidos que en Europa, a excepción de Argentina y Uruguay en donde el IVA es similar a la media de los 27 países de la Unión Europea. El IVA más bajo de Latinoamérica lo tiene Panamá con un 7%.
En la tabla también podemos observar el caso curioso de algunos países como Japón o Canadá que tradicionalmente han situado sus tipos impositivos muy bajos y que últimamente están estudiando subir.
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